Al este de la melancolía III

AL ESTE DE LA MELANCOLÍA

Levanto mis ojos a los montes: ¿Quién me mirará? Tú me mirarás. No permitirás que resbale mi pie. Tu dulce rostro que no duerme, me guardará bajo el amparo de su sombra, la sombra que está a mi derecha, al este de tu blanca e interminable extensión

I

El éxtasis está al este de la melancolía

II

Mi cuerpo sueña
Con tu rostro
Con el vuelo de las aves primerizas
Con el jardín al este del Edén
El centro me atrapa, me condena
La luz arrebatada de ese árbol

Viajas por la irrealidad de un río que renace
Y te olvidas del latido de su corazón
Ella que aún mece la imagen más hermosa

Desde el fuego antiguo se produce un sonido
Escucho mi corazón en mi corazón

III

Esta voz de adentro
Que termina su proyección en el borde
Como concluye la espuma

Es el drama de un cielo alcanzable
A la mirada

Mas son las manos y el amor los que te tocan
Los que te palpan
Para levantar este muro de fortalezas
Con el poder y la movilidad de las aguas

IV

Necesidad de levantarla
De entender y amar al desamparo
Porque respirar es un acto de amor

Entonces eres tú quien me toca
Quien me arropa
Quien me diluye
Con esa fuerza que otorga tu incomprensible
Absoluta libertad

V

Un círculo intensamente rojo
Entre el adentro y el afuera
¿Cómo entenderlo?
El anhelo que se ha formado

Y transformado a la intemperie
Hermano de una puerta abandonada

El miedo al desamparo
Y todos los retornos
Aquello que me impulsa a tener

Estos encuentros con la luz

VI

Ella mostraba toda las verdades
En el interior de un fruto
Transfigurada por una voz interior
Estado del fuego antiguo y olvidado
Que permite vincularse con una roca sobreviviente
Del viento, de la sal
Estar despierta y lúcida en el medio del jardín
Para darse
Para entregarse

VII

La tristeza y la alegría se mezclan
Como la lluvia que desciende sobre el río
Yo me ahondo en ti cuando te ahondas

Si la melancolía fuera solo una tenue luz
Casi oscura como el claro de la luna

La sustancia de tu llanto es un fuego silencioso
Que no te deja ver lo que hay más allá de ti
Que te inmoviliza en la luz

En el centro de la noche la silueta de un ave
Canta una plegaria

-No te mueras
No te mueras dentro de mí

VIII

Algo me constriñe
Me impide llegar al fondo de mí mismo
Porque la luz no se ve en la luz

Mis ojos que me miran a los ojos

Mirar con otros ojos
Espejos del alma

IX

Ella se aleja en la corriente
Sobre el silencio más abierto

Flor que se agita levemente
Sobre la extensión de la herida

Desde el fondo
Las aguas siguen murmurando
Pero yo no les respondo

Ella dejaría de existir

Si yo pronunciara su nombre

IX

Te llamo desde un silencio sobrenatural
A ti que no tienes nombre
Una cicatriz arde en mi frente

Desciendo por esta elevación
Escucho por primera vez
Los sonidos del llanto

Me entrego mansamente
Soy apenas un relámpago en tu luz
Lejos de tu vientre

El cordón que me sujeta a ti
Es un río por donde me desprendo
Como un fruto de la rama

Voy de lo visible a lo invisible
Hágase en mí tu voluntad

X

En el centro de la melancolía
Está tu árbol

Abro los ojos para perderte

Ella no tiene la culpa de su florecer
Ni de su desprenderse de la rama

Extensión que persiste en el aire
Rama que recuerda a la flor
En la dulzura de sus frutos

XI

Nunc dimittis

Yo la sueño en el jardín
Una realidad más contundente

Tu blancura inclinada en la sombra
Esperando la rasgadura en estado de inocencia

Tu pétalo interno en extremo delicado
Que te separa del fruto

Yo muerdo la luz
En el corazón de la manzana

El dolor en el umbral de su abertura
La hace aún más inocente

XII

Tu tenue velo apenas visible
Que nos sostiene
Que nos salva

Una mejilla en la sombra
La melancolía de tu árbol
En el centro de la belleza

Gota pequeña de inocencia
Que ilumina otro amor más permanente
Y mi cabeza en el borde de tu misericordia

Yo me diluyo
Luego regreso
Con ese secreto

XIII

Hay un jardín en mi corazón
Que palpita por ti desde el oriente

La melancolía de los frutos
Sobre los labios

Persigo los amaneceres
Al otro extremo de tu canto

Me pierdo en las ondas del agua
¿Podrán sus Reflejos detenerme en la orilla?

El corazón de tu perla está en el fondo
Yo me sumerjo con la pasión de la fe
En tu Gracia
En tu Gracia Plena

XIV

Tú recorres el camino sagrado
Te haces puro en las aguas de los cuatro ríos
Que te rodean

Tu virilidad te hace soportar el pie sobre la tierra
Pero es el viento quien te da la permanencia

Al este de tu corazón
La promesa del eterno retorno
De tu regreso

XV                                                                             

Ella me sueña en el jardín
Y yo, doblegándome en su sueño

Me entrego a ti
Regreso a ti consoladora
La que escucha

Para llegar a tu luz
Mi amor se fertiliza desde tu tierra negra

Rojo, todo rojo
Hasta la levedad es roja

Tiempo de verano
Verano en el cielo
Verano en la tierra
Verano en el alma