Bienvenida

 

Credum

Ellas creen en ti ¿Y como no han de creer si han estado siempre en el centro de los mundos velando el nacimiento de los frutos del árbol puro de la verdad? Ellas creen en ti cuando bajan de la montaña a recoger las aguas de la vida. Y es por ellas que también nosotros creemos en ti; sus manos que han trazado en nuestro cuerpo, la geometría sagrada. Creemos en el corazón de la rosa y en los siete puntos cardinales. En tu danza al final de los veranos, en la resurrección de los tiempos y en las casas de la vida. Creemos en la liturgia de invierno y en la liturgia del verano, creemos en los ojos y en las ventanas, en el cosmos y en la tierra, pero sobre todo en el ángel de la caña rosada. Creo en mi alma, en el templo de mi cuerpo y en esta piedra negra que es centro del mundo. Creo en la paz de los olivos, el perdón de los corderos, el agua de la roca. Creo en esa mujer que vino del mar con el mundo de Dios en sus brazos, en la miel y en la manzana, en los molinos y en el pan. Creo en tu gran perla blanca, en la sal, en la sangre, en el sufrimiento de los bueyes. Creo en lo uno, en la espléndida eclosión de su multiplicidad y por ellas que desde el centro oscuro de los mundos velan el nacimiento de los frutos del árbol puro de la verdad, creo en la luz.

Panayia

Edgar Vidaurre